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lunes, 10 de junio de 2013

Crédito "El Lector"

El lector. 
Este libro cuenta la historia de Michael Berg, un personaje que desarrolla su vida a lo largo de la trama. Se puede dividir en tres partes: 
Cuando él es un adolescente de quince años y conoce accidentalmente a Hanna, una mujer adulta y madura de la que se enamora y con la que tiene un romance intenso. En esta etapa de su vida él tiene que complementar los estudios con sus amigos y su amante. Con ella lleva una vida sexual apasionada pero poco saben el uno del otro. Se dedican a hacer el amor y en pocas ocasiones Hanna intima con él acerca de su vida privada. Una peculiaridad de esta mujer es la petición que le hace al joven Michael a veces: solía pedirle que le leyera en voz alta. Poco a poco comienzan a tener una relación más estable, incluso hacen un viaje juntos. Esta etapa acaba cuando Hanna, sin previo aviso, se marcha de la ciudad, sin dejar rastro ni dirección alguna. 
La segunda parte comienza cuando él ya es un joven estudiante de derecho. Se convierte en un hombre casado e incluso tiene una niña. Pero en su mente sigue estando Hanna diariamente. Él empieza a asistir como parte de un trabajo de clase a unos juicios encargados de condenar a antiguos miembros de la SS, en su totalidad mujeres, acusadas de haber enviado a gente en los campos de concentración a Auswitsch y de haber participado en el asesinato de decenas de personas encerradas en una iglesia en llamas. Es ahí cuando los dos se reencuentran. Él distingue entre las acusadas a Hanna, y desde entonces asiste a todos y cada uno de los juicios celebrados. Durante el proceso de condena descubre investigando el gran secreto de Hanna: su analfabetismo. Es ahí cuando se ve encerrado en el dilema  moral de dejar que el juicio siga su curso sin que el juez tenga conciencia de ello, o de decírselo al juez (aunque fuese el secreto de ella) para que hubiera cargos de los que no estuviera acusada. Al final decide no intervenir y Hanna sufre una larga condena. 
No es hasta más tarde, cuando él es un hombre ya licenciado y divorciado, que entabla de nuevo contacto con ella. Comienza a enviarle cintas de grabación a la cárcel de él mismo leyéndole libros, poemas, relatos... Ella le contesta a algunos con una breve opinión, por lo que él descubre que ha aprendido a leer y a escribir. Así continúa meses y un día le avisan de la cercana salida de Hanna de la cárcel y de su deber de orientarla al ser su único contacto en el exterior. Cuando la visita a la cárcel, Hanna ya es una mujer mayor y cansada. Él le ayuda a buscar trabajo y casa, pero el día de su salida por la mañana Hanna se suicida. El protagonista acaba con una conmovedora carta, revelándose el autor de la historia. 

¿Podemos aprender algo de la historia o únicamente observarla? Supongo que, al igual que yo, muchos se han identificado con el amor del personaje hacia Hanna. No porque nos hayamos enamorado de una persona veinte años más mayor que nosotros, sino simplemente porque lo hemos hecho de alguien. No veo frase más correcta que decir que el amor no tiene edad. Al principio se duda de si es amor lo que siente Hanna hacia nuestro protagonista o puro deseo sexual. Después descubrimos que le afectan sus reacciones, sus decisiones, sus estados de ánimo, y nos damos cuenta de que se ha consolidado una pareja, aunque extraña, pero pareja en toda regla. No me extraña que él no pudiera olvidarla a lo largo de su vida. Supongo que nadie podría hacerlo. Aún sin entenderla y aún sin compartir con ella la madurez suficiente, se forma un vínculo muy fuerte y recuerdos tan claros que jamás se podrían borrar. Él describe la sencillez de Hanna al vestirse, que la hacía única al lado de las demás mujeres. Y es que cuántas veces habremos comparado a nuestro amor verdadero con los demás.
Por ello Hanna forma parte de toda su vida, ya no solo como una amante, sino como un recuerdo nítido e imborrable. No es por otra cosa por lo que decide investigar su caso en el juicio y descubre su terrible pasado y realidad. Es ese recuerdo y ese pasado compartido el que le arrastra al dilema de revelar su secreto o no. ¿Tu lo habrías hecho para intentar salvar a una persona querida? ¿O habrías respetado la intimidad de dicha persona? Él se decide por la última al no verse con el derecho suficiente de revelar esa información, pero quién sabe de lo que la habría librado. Al final del libro escribe "En los primeros tiempos después de la muerte de Hanna siguió atormentándome la duda de si realmente la había negado y traicionado, de si al amarla me hice culpable, de si debería haberme liberado de ella de palabra y obra, y de cómo podría haberlo hecho. A veces me preguntaba si era responsable de su muerte. Y a veces me enfurecía con ella y por todo lo que me hizo. Hasta que el odio perdió fuelle y la duda trascendencia."
Me parece curioso cómo expresa el amor que siente hacia ella. No lo dice directamente, nos lo da a entender. Expresa la pregunta de cómo podría haber cambiado todo si no la hubiese querido, si en el juicio no le hubiera importado la reacción que pudiera tener al desvelar su secreto o si sencillamente no lo hubiera investigado. También se pregunta cómo podría haber hecho eso, cómo se podría haber liberado de ella, de su pasado juntos, de sus recuerdos. Entonces también expresa amor. No nos cuesta olvidar a las personas que no nos han aportado valores en nuestra vida. A las que lo han hecho, sencillamente, no queremos olvidarlas. Ni siquiera nos torturamos por ese motivo, porque es sencillamente imposible. Ésto es lo que nos expresa el autor.
Si fue correcta o no su decisión, si su vida podría haber cambiado, si se hubiera enamorado de Hanna o no habiendo sabido de su pasado anterior, o si Hanna habría acabado con ese triste final, son incógnitas que nunca rebelaremos, pues pertenecerían a otra historia diferente. Pero no vale la pena arrepentirse, hay que aceptar la realidad porque al fin y al cabo el odio perderá fuelle y la duda trascendencia. 

Elena Fernández López

domingo, 9 de junio de 2013

La historia de Giges según Heródoto

Heródoto nos muestra la historia en un reino de un rey, Candaules, hombre bastante enamorado de su mujer, la reina.

Candaules elogiaba a su mujer, haciendo de ella una persona con virtudes inalcanzables y logros indiscutibles para el ser.

Un día Giges, uno de los cooperantes del reino, lo contradijo; diciendo que éste exageraba.
El rey le sugirió que se pasase por su habitación, viendo así a su mujer desnudándose, quitándose trapo a trapo y depositándolos al lado de una silla.

Entre los muchos intentos de denegar la idea, aceptó; esa noche, Giges se encontraba tras el portal de la habitación, visualizando así la escena. Al finalizar, se retiró de los aposentos de la reina.

Al día siguiente, la mujer mandó buscar a Giges haciéndole así una proposión: “Una de dos: o me has de recibir por tu mujer, y apoderarte del imperio de los lidios, dando muerte a Candaules, o será preciso que aquí mismo mueras al momento… “


En esta historia se pueden ver dos dilemas morales:

-El primero es el que le propone el rey Candaules, dándole a elegir dos opciones: ver a su mujer desnuda o no verla.

-El segundo, en mi opinión, es él más importante ya que hace referencia a la muerte.

Los dilemas morales son situaciones en la vida en la que cada una de las personas tiene que elegir; la manera de seleccionar puede ser diferente pero ante todo moral, la inmoralidad es uno de los límites a los que no deberíamos llegar, pero en cambio el protagonista la alcanza.

Su elección es errónea debido a que el mayor derecho de una persona o animal es la vida y no se debería quitar así.

En conclusión: la vida es el mayor privilegio, y si alguien decide arrebatársela a otro ser, se atenuaría a las consecuencias de lo inmoral. 



Historia: http://caballodeletras.blogspot.com.es/2008/06/la-historia-de-giges-segn-herodoto.html

Ángel Ruano Santiago

jueves, 6 de junio de 2013

Crédito: Historia de Giges.
Irene Sánchez.

Esta es la historia de un rey, Candaules, que veía a su mujer como la más hermosa, la admiraba por su belleza y estaba totalmente enamorado de ella. Presumiendo de ésta con un amigo íntimo, Giges, empezó a halagarla exageradamente, por eso su compañero no le creyó. Para demostrar que era cierto le invitó a ir a su habitación por la noche antes de acostarse, para que pudiera verla desnuda, lo que Giges tuvo que aceptar por miedo a las consecuencias de oponerse. Esa noche, todo transcurrió como lo acordado, excepto porque la mujer del rey se percató de su presencia, aunque no avisó. Al día siguiente, quiso hablar con Giges para proponerle dos opciones: o mataba al rey y se quedaba con sus territorios, o se quitaba la vida. Al no tener otro remedio si quería seguir vivo, Giges decide matar al rey. El procedimiento fue sencillo, esperó a que se durmiera y le apuñaló mientras dormía, apoderándose así de su mujer y el reino.


Esta es una curiosa historia donde se plantea un dilema moral: morir por culpa de otra persona, o matar a ésta. Observando la situación, Giges se vé obligado a aceptar lo que su rey le propone, pero así se arriesga a que la mujer le vea y le amenace. ¿Hacer lo bueno para él, matar a su rey y quedarse con sus propiedades; o hacer lo correcto, matarse y no violar lo derechos de otra persona? En mi opinión, Giges toma la opción incorrecta, porque quitar la vida a alguien es el peor de los crímenes. Es difícil ponerse en la piel de éste, dado que las circunstancias son muy delicadas, pero jamás mataría a una persona.

miércoles, 5 de junio de 2013

La historia de Giges según Heródoto.

Según Heródoto, Candaules era un hombre muy enamorado de su esposa. Entre los cooperantes más apreciados por el rey se encontraba Giges. Un día, Candaules empezó a elogiar las virtudes de su mujer ante él y al final, creyendo que Giges pensaba que exageraba, le sugirió visitar el dormitorio de su mujer, antes de que ésta se acostara para que pudiera verla desnuda, y juzgar con sus propios ojos lo que Giges escuchaba de su rey. 
 A pesar de los intentos de rechazar la idea por parte de Giges, por miedo a lo que podría pasarle después, la insistencia del rey terminó por hacerlo aceptar. Así, por la noche, Candaules escondió a Giges en la habitación de su esposa. A la llegada de la mujer, todo se desarrolló tal y como los hombres habían planeado, excepto porque la mujer del rey descubrió la presencia de Giges cuando éste salía ya de la habitación, aunque no dio la voz de alarma.
Al día siguiente, la mujer hizo llamar a Giges, que ignoraba que la reina sabía lo sucedido la noche anterior. La reina le dijo a Giges que sólo tenía dos opciones: matar a Candaules por haberle ofrecido lo que él tenía prohibido ver y convertirse en nuevo rey con ella, o morir él mismo para evitar en el futuro nuevas tentaciones a las que podía someterle Candaules. Tras unos instantes en que Giges no podía pronunciar palabra por su sorpresa, rechazó la oferta de la reina, pero ante su insistencia, decidió matar a Candaules. La reina lo introdujo en el dormitorio del rey y lo ocultó en el mismo lugar donde había estado disimulado el día antes; Candaules murió, apuñalado por Giges.
En esta historia se presentan dos grandes dilemas morales. El primero es la decisión de Giges de escuchar a Candaules y ver a su reina desnuda. Este acto no fue fácil para él, ya que el autor menciona en varias ocasiones que se niega a hacerlo ('' la mujer que se despoja una vez de su vestido, se despoja con él de su recato y de su honor''
El segundo dilema moral es el más importante: ¿mataría al rey o se quitaría su propia vida? En mi opinión la decisión de Giges, en este caso, aparte de inhumana, tampoco es correcta. La vida es el bien más preciado de todos, nadie tiene derecho a quitársela a otra persona.


Marta Guisado Sánchez- Palencia. 

jueves, 23 de mayo de 2013

Reflexión personal

¿Qué le pasa al mundo últimamente? Todo parece un frente de desacuerdos y desigualdades. Están pasando tantas cosas en tan poco tiempo que ni siquiera nos estamos dando cuenta de lo que realmente sucede, de la gravedad del asunto. Poco a poco estamos siendo anestesiados por gobiernos que no piensan realmente en nosotros, sino únicamente en sus propios intereses. ¿Dónde está la humildad? ¿Dónde están los valores que realmente importan en el ser humano? En los periódicos sólo contemplo maldad y egocentrismo. Está claro que vivimos en una democracia, en la que se votó al partido de derecha por mayoría absoluta, y en la que ellos ahora pueden gobernar libremente. Pero no por ello deben dejar de escuchar al pueblo. "Gobernar" un país debería interpretarse como darle voz a esa gran mayoría que no puede estar en el congreso de los diputados ni tiene necesidad de estarlo. 
Se aprueban reformas que no nos garantizan una mejoría, ni nos benefician a corto ni a largo plazo. Entonces, ¿Qué están haciendo por ahí arriba? ¿Y qué nos pasa por aquí abajo? Creo que nos hemos acostumbrado demasiado a criticar la mala situación que tenemos desde el sofá de nuestra casa, porque en el fondo es lo más sencillo, pero no lo más satisfactorio. 
El problema es que anteponemos las creencias propias y el dinero a la felicidad general. ¿No debería tratarse de hacer feliz al mayor número de personas posible? Qué bonito sería si concienciásemos de ello los gobiernos de todo el mundo. 
Desde pequeña me han enseñado a respetar la ideología de todos los que me rodean, coincida con la mía o no. Aún así, aún respetando que hay gente que cree en Dios cuando yo no lo hago o que tiene valores completamente distintos a los míos, hay cosas que sigo sin entender. Todavía no he logrado entender por qué a la gente le importa tanto lo que hagan los demás con sus respectivas vidas. Estoy convencida de que muchas personas en este mundo se han dejado la piel para que haya gente que no goce de derechos propios. Todavía no entiendo por qué a un homófobo le da tanto miedo el amor entre dos personas iguales. Pero llevando las cosas a otro nivel: no entiendo por qué si no se entrometen en su vida, la sola idea de que se casen le provoca infelicidad.
¿La moral no debería ser propia? Es algo de cada uno, no hay ninguna moral determinada para el ser humano, no estamos programados ni todos pesamos de igual manera, pero ¿La moral no debería incluir a la libertad? Si tu exiges libertad para vivir, dásela también a aquellos que son iguales que tu. 
A lo que quiero llegar es a que, con tanta ambición de poder y tanto querer imponer nuestros ideales a los demás, provocamos la infelicidad. ¿Dónde quedaron los valores éticos? ¿Dónde quedó la humildad? ¿Y la empatía? ¿Y la gratitud? ¿La honradez? ¿La sensatez? Cada vez se reconocen menos personas entre la gente, personas que son seres humanos y que llevan estos valores consigo por naturaleza.

Elena Fernández

viernes, 17 de mayo de 2013

Con la crisis, las ayudas a los países subdesarrollados "desaparecen"


Esta noticia, aunque no lo parezca a primera vista, es mucho más grave de lo que mucha gente cree.

Los países subdesarrollados son lugares en los que la población no tiene posibilidad de sobrevivir, estas personas  se sorprenden al venir aquí, ya que no están acostumbradas a muchas cosas que nosotros vemos como cotidianas, como por ejemplo: ver salir agua de un grifo o ver tanta contaminación ambiental; viven en condiciones desastrosas, de pobreza, de marginación, de sufrimiento,…

Actualmente la crisis está arrasando con  todo lo que encuentra a su paso. Poco a poco la gente se va empobreciendo, aunque ellos  viven en peores condiciones, por lo que deberíamos ayudarles en la medida de nuestras posibilidades.

Este acto se podría considerar un acontecimiento impúdico, en mi opinión se acerca a la línea fronteriza entre lo moral e inmoral.

Es un hecho arduo de entender, de observar, puesto que es un fracaso de la humanidad.

En los tiempos difíciles aumenta el egocentrismo y la insolidaridad de las personas hacia los verdaderos necesitados, por eso debemos reflexionar si hacemos bien o mal al negar la ayuda a las personas más desfavorecidas.


En conclusión: No todas las personas tienen la oportunidad de dar un sustento a los necesitados de verdad, pero hay muchas que deberían pensar y reflexionar en las cosas que no tienen los demás.









Ángel Ruano Santiago

jueves, 16 de mayo de 2013


Crédito: La ONU sugiere comer insectos para luchar contra el hambre.


Un estudio realizado hace poco demuestra que los insectos son una gran fuente de alimentación y que presenta las mismas características nutritivas que la carne o el pescado. También se defiende que la reproducción de insectos es muy rápida, lo que no daría muchos problemas con la velocidad a la que se llevaría a cabo esta operación. 

  Se sugiere como manera de acabar con el hambre que la población pobre de África y Asia se alimente de estos insectos, cosa que a primera vista puede parecer una locura, pero que tendría unas consecuencias beneficiosas.

  Esta es una noticia reciente muy impactante dado a que es impensable que a estas alturas de la humanidad, se piense que es una solución viable para acabar con el hambre. Da mucho que pensar sobre la desigualdad en el mundo y lo mal que está repartido el dinero. Nos hace preguntarnos ¿justifica el fin a los medios? Opino que no; aunque el resultado sea positivo, porque acabaría con un porcentaje de la pobreza mundial en poco tiempo, la manera de conseguirlo no es esa. Si llevamos la situación a primera persona, a nadie le gustaría tener que comer insectos, y eso es lo que no piensan las personas que propusieron esta operación.

  Espero que se reflexione un poco antes de aprobar medidas como ésta, y que se piense en los derechos individuales del tercer mundo, que son exactamente los mismos para cada persona.

Irene Sánchez.